DE LO RÚSTICO A LO URBANIZADO
El punto de partida del encargo es el concepto en sí mismo, la urbanización es el tránsito de lo rústico a lo urbano. Nos disponemos a transformar la naturaleza del espacio y para eso, lo mejor como siempre es recurrir a los clásicos. Ildefonso Cerdá la define magistralmente como: «…(Urbanización)… el conjunto de principios, doctrinas y reglas que deben aplicarse, para que la edificación y su agrupamiento, lejos de comprimir, des virtuar y corromper las facultades físicas, morales é intelectuales del hombre social, sirvan para fomentar su desarrollo y vigor y para acrecentar el bien estar individual, cuya suma forma la felicidad pública.”
Más de la mitad de la población mundial habitamos en espacios urbanos, por lo que se hace necesario el conocimiento de la organización, impactos e interacciones sociales de estos espacios. Los comprendemos y asumimos que parte del desarrollo humano se produce en estos entornos, los habitamos y creamos ámbitos sociales de relaciones de intercambio y cooperación.
La urbanización es el proceso por el que un área se convierte de rural a urbana. Etimológicamente hablando, Urbum, es la palabra latina para definir el arado. Con él los romanos marcaban el recinto que había de ocupar una población. El surco urbanizaba el recinto, convirtiendo el campo en ciudad.
Nuestra urbanización en Fernán Caballero, Ciudad Real, es una pequeña muestra de ello. Procedente de una finca rústica que estaba inútilmente anclada en el interior del perímetro de la ciudad. En un primer paso se segregan y ceden espacios a viales públicos para consolidar el suelo como urbano. Se establece una mejor interconexión tejiendo un canal en trama urbana rodada. Finalmente se realizan las dotaciones de infraestructura necesarias y se parcela en predios individuales para el desarrollo edificatorio. Este proceso aparentemente sencillo, está salpicado de multitud de filtros administrativos, autorizaciones y disquisiciones de planeamiento sobre la naturaleza y los usos previstos del suelo no exento de trabas.
La propuesta en el neto resultante se enfoca en potenciar el anterior carácter rústico del suelo, naturaleza que aún se mantiene en parte su superficie. Se pretende la materialización de viviendas unifamiliares aisladas creando un entorno poco denso, permeable, que desdibuja los límites entre la urbanización y el campo. Las cercas de baja altura y los espacios abiertos sin bordes permiten desenfocar el límite del arado romano para casi sin darse cuenta transicionar de lo rústico a lo urbanizado.
Renderizado por Raquel Marín